A pesar de que el agua de nuestros hogares es potable y normalmente está dentro de la norma establecida, su consumo no es recomendable ya que contiene cloro y componentes químicos. Además, trae sabores y olores propios del lugar donde proviene, lo que hace que muchas veces preferimos no tomarla, por el sabor del agua que resulta desagradable.
Los factores que impactan el sabor del agua
Esto se debe a que el sabor, el olor y la composición del agua no siempre son los más adecuados, ya que este líquido SIEMPRE TIENE QUE SER INOLORO, INSÍPIDO Y TRANSPARENTE. Hay ocasiones en que al abrir el caño nos encontramos con agua turbia o marrón(!) con fuerte olor a cloro y químicos o sabor extraño. Estos características incluso podrían influir al cocinar o preparar nuestras bebidas, ya que tiende a cambiar el sabor final de los mismos. Incluso, el agua también puede contener ácidos y sales de carácter biológico; producto de la materia orgánica de los suelos que a veces estos compuestos le pueden dar a ciertas aguas cierto sabor a barro.
Además de ello, hay muchos otros motivos que influyen en el sabor del agua del caño y genera que su sabor no sea el mejor. Algunos de ellos pueden ser:
- Tuberías en mal estado por falta de mantenimiento
- Exposición a otro tipo de minerales o exceso de productos químicos en ellas.
- Dureza del agua por alta concentración de minerales.
- Zona geográfica donde vivamos y de donde provenga el agua que nos abastece
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